Actualmente, la solución más rápida para la crisis del agua potable que se tiene para la ciudad de Santiago de Cali parece ser la construcción del embalse del rio Cali en el corregimiento de Pichindé, lo cual ha suscitado muchas dudas ya que algunos ambientalistas consideran que la obra significaría el comienzo del fin del río Cali, mientras que ingenieros sanitarios y empresarios sostienen que esta sí es la solución para resolver el lío del desabastecimiento de agua que padece la capital del Valle.
En nuestra opinión la solución al problema de abastecimiento continuo del servicio, no puede ser otro paño de agua tibia, es decir se debe dar una solución definitiva, teniendo en cuenta los problemas de calidad del recurso hídrico de la ciudad están asociados principalmente al deterioro de sus cuenca hidrográficas, la presencia de áreas degradadas por el uso inadecuado del suelo, descargas de aguas residuales domésticas e industriales, la explotación minera, los procesos de deforestación y erosión, la contaminación relacionada con el escurrimiento superficial y el manejo inadecuado de los residuos sólidos y sus lixiviados, sumado a que no hay una autoridad ambiental que ejerza un verdadero control a toda esta problemática.
“Agua que no has de beber, déjala correr”, a pesar de ser un refrán popular, la frase se acerca hoy más que nunca al panorama del recurso hídrico en Cali, que plantea desafíos inaplazables, que deben ser abordados con una visión integral, de tal forma que se considere la cuenca hidrográfica como unidad de manejo de los recursos hídricos, con la participación de la comunidad y la coordinación interinstitucional con liderazgo efectivo, que planifique a mediano y largo plazo, con información de primera mano (estudios técnicos) de tal forma que se puedan definir prioridades con base en los recursos disponibles, permitiendo no solo generar inversiones en nueva infraestructura, sino también en otros aspectos claves como: educación, desarrollo científico y tecnológico; acciones de seguimiento y control y generación de una cultura del agua que sea sostenible a través del tiempo.
Desde esta perspectiva, nuestras esperanzas para resolver la crisis del agua en la ciudad estarían centradas en el CONPES del río cauca, que es un programa para el saneamiento, manejo y recuperación ambiental de la cuenca alta del Río Cauca, con el objetivo general de: “Definir un conjunto de estrategias orientadas a mitigar la contaminación de la cuenca alta del río Cauca y propender por su adecuado manejo ambiental, con el propósito de asegurar el cubrimiento de la demanda de bienes y servicios del río de manera sostenible en los Departamentos de Cauca y Valle.
Sin embargo hoy en día parece ser que el CONPES del río Cauca esta sin presupuesto, es decir que técnicamente hablando es una idea muerta. El río es una importantísima arteria nacional y se quiere cargar todo el CONPES a Cali y al Valle, la propuesta inicial de este documento no tiene financiación, y hoy por hoy requiere de un trabajo más integral que tenga en cuenta la ola invernal, los jarillones, los ríos tributarios, entre otros factores, razón por la cual se han realizado contactos con el Cauca y la CRC para vincular a este proceso a dicho Departamento, es más algunas importantes personalidades de la ciudad y el departamento están pensando en cambiar el alcance inicial de la propuesta y afirmando que al río Cauca hay que intervenirlo desde su nacimiento en el macizo colombiano, no basta sólo con descontaminar la parte que pasa por el Valle cuando existen graves problemas de contaminación desde que el río pasa por el Departamento del Cauca.
Parece ser entonces, que estamos destinados a seguir pensando e implementando medidas de corto plazo, que son una solución al final del tubo y que en últimas no son la salida más adecuada a una problemática tan compleja y que tienen tantas variables, muchas de las cuales desconocemos o no queremos ver, sumado a que el desarrollo tecnológico y la normatividad vigente, así como las propuestas de la consultoría local no consideran estrategias innovadoras que involucren conceptos como el de producción más limpia y minimización y prevención de los residuos, entre otros, lo cual generalmente conlleva a que se dupliquen los esfuerzos y los requerimientos de recursos.
Adicional a lo anterior también se tiene el inconveniente que en algunas ocasiones, no es muy clara la competencia y responsabilidad de las instituciones en la gestión de los problemas ambientales de la ciudad, y además hay una débil capacidad de ejecución y un bajo nivel de gobernabilidad en materia de recursos hídricos.
Todo lo anteriormente expuesto, nos reitera la necesidad de diagnosticar de forma eficaz y oportuna la problemática que esta conllevando a un sin número de situaciones anómalas con respecto al manejo del recurso hídrico, no solo en la ciudad de Cali y el Departamento del Valle del Cauca, sino también a nivel nacional, es decir, que hay ver la problemática con enfoque sistémico, de tal forma que no caigamos en soluciones paliativas, que al final solo generan un desplazamiento de carga, disfrazando y atenuando de forma temporal la problemática, ya que en esta situación no la hemos venido pasando desde hace mucho tiempo y no solo en lo referente al tema ambiental y el manejo del recurso hídrico, sino que es una constante en nuestra forma de pensar y actuar, que dadas las circunstancias parece que estamos destinados a seguir alimentando.
Pese a todo esto, estamos convencidos que es el momento de dar un vuelco a toda la situación y queremos pensar que el sueño se puede hacer realidad, ese sueño en que “Cali sea una ciudad donde todos los ciudadanos disfrutan de un medio ambiente limpio y saludable, que cuente con ecosistemas vitales y ofrezca amplias áreas verdes dentro de la zona urbana, en donde los recursos hídricos de la ciudad gocen de buena calidad, manteniendo un caudal suficiente para la conservación de la vida acuática y sirva como fuente para los diferentes usos del hombre, en donde exista un ambiente seguro de convivencia sana, un entorno de respeto, paz, conciencia y cultura ambiental, donde los ciudadanos cuentan con una vivienda digna y habiten en zonas fuera de peligro de riesgo de desastres naturales”.
Para alcanzar este propósito es necesario entender que la descontaminación de los río de la ciudad depende de todos, desde los ciudadanos con sus aportes hasta los técnicos con la búsqueda de las mejores soluciones. Que es necesario formar alianzas para enfrentar problemas complejos que requieren soluciones intersectoriales, lo cual es una iniciativa clave que va a generar impactos positivos hacia el futuro.
Para terminar creemos necesario que se debe tenga en cuenta siempre que:
- No hay vida sin agua. El agua es un bien precioso, indispensable para todas las actividades humanas.
- Los recursos del agua no son inagotables. Es indispensable conservarlos, controlarlos y, si es posible, acrecentarlos.
- Alterar la calidad del agua significa atentar contra la vida de los hombres y del resto de los seres vivos que dependen de ella.
- La calidad del agua ha de mantenerse al nivel adecuado para los usos previstos y ha de satisfacer especialmente las exigencias de la salud pública.
- Cuando el agua, una vez utilizada, vuelve a su medio natural, no ha de comprometer los usos posteriores, tanto públicos como privados, que se pueden hacer de ella.
- El mantenimiento de una cobertura vegetal apropiada, preferentemente forestal, es esencial para la conservación de los recursos del agua.
- Los recursos de agua han de ser inventariados.
- La correcta gestión hidráulica ha de ser objeto de un plan establecido por las autoridades competentes.
- La conservación de los recursos hidráulicas implica un importante esfuerzo de investigación científica, de formación especialista y de información pública.
- El agua es un patrimonio común, cuyo valor se debe dar a conocer. Cada persona tiene el deber de ahorrarla y de usarla con cuidado.
- La gestión de los recursos hidráulicos debería llevarse a cabo en el marco de la cuenca natural, preferentemente al de las fronteras administrativas y políticas.
- El agua no tiene fronteras. Es un bien común que requiere la cooperación de todos.
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